(Madrid, 1886 - 1945) Pintor español. Se le considera el creador de un Expresionismo peculiar y trágico.
No obstante, a pesar de la
notable originalidad de sus obras, posee influencias de algunos pintores
españoles tradicionales como Valdés Leal, Ribera, Goya, Zurbarán, EI Greco y el
primer Velázquez, sin olvidar la producción de Brueghel el Viejo.
Su pintura es de gran
solidez. La pastosidad es algo característico en sus trabajos.
Independientemente de los colores que utilice, la materia siempre es tratada con
gran sensualidad y ternura, siendo los colores dominantes el ocre y el
negro.
En su técnica predomina el
empleo de contornos muy marcados junto a potentes pinceladas que distribuyen el
color, dando lugar a dramáticas escenas de imponente estructura compositiva.
Pasó su infancia en Santander y, alentado
por su padre, inició estudios de pintura con su tío. Su talento precoz le llevó
a abandonar el bachillerato y a empezar a participar en varios certámenes de
pintura.
Los temas que representa en sus
pinturas se corresponden con sus ambientes vitales. Destacan especialmente tres
bloques: los relacionados con los tipos, las calles y las fiestas populares
madrileñas, los que inciden en la representación de los usos y costumbres de la
España negra, y finalmente, los retratos, ya fueran de intelectuales como de
amigos suyos.
Su estilo, heredado de la tradición tremendista de Goya e
influenciado por autores como Roualt, Munch, Kokoschka, Nolde y Soutine, define
el carácter de un hombre adusto y torturado. Ello se traduce en una pintura
marcada por la aparición de personajes populares y de los bajos fondos, con los
que Solana muestra su particular visión de la condición humana. Autor de corte
realista, se le considera el introductor del movimiento expresionista en España.
En 1917 regresó a Madrid y comenzó a frecuentar varias tertulias
de café. En La tertulia del Pombo, el autor retrató a parte de la
Generación del 98, a la que se le considera adscrito. Su interés por representar
temas de tono costumbrista y, en especial, por reflejar la vida callejera del
Madrid de su época, aparece en obras como El ciego de los romances,
Los payasos, Los traperos, El rastro, El patio de los
caballos o Carnaval. En ellas tiende a utilizar colores oscuros y a
recrearse en la dureza de los rostros de sus personajes.
La obra de Solana fue inicialmente rechazada por la crítica de la
época, y hasta 1929 no recibió su primer premio importante: la Medalla de la
Exposición Universal de Barcelona. Un año antes había sido invitado por Edgar
Neville a París, donde causó muy buena impresión en los ambientes culturales de
la capital francesa. Fue en París donde el autor pasó parte de la guerra civil
española y donde logró su mayor reconocimiento.
Con la finalización del conflicto bélico, el autor regresó a
España y, pocos días después de su fallecimiento, le fue otorgada a título
póstumo la Medalla del Honor Nacional. Considerado como el mejor cronista
gráfico de la España del primer tercio del siglo XX, Solana combinó su actividad
pictórica con la publicación de varios ensayos. El primero de ellos lleva por
título Madrid, escenas y costumbres (1913-1919). A éste le siguieron
La España negra (1920), Madrid callejero (1923) y Dos pueblos
de Castilla (1924). En 1926 se editó su única novela, titulada Florencio
Cornejo. Sus escritos proporcionan una visión costumbrista y esperpéntica de
la España de principios del siglo XX.
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