miércoles, 28 de julio de 2010

Eduardo Stupia

La particular obra de Eduardo Stupía, dibujos, grafías y pinturas que con soltura magistral dan forma a voluptuosos gestos y texturas, fluye en una meditación imbricada en la materia y la explosión de la línea. En sus paisajes subyace una ambigua, pero afirmativa, concepción de las categorías históricas pensadas como abstracción y figuración.
Sus obras son ambas cosas y a la vez ninguna, el énfasis en la expresión y su interés en el arte oriental rompen con dichos dualismos. Sus representaciones que se abren a una concepción ilimitada de la naturaleza, renovando cada vez el dibujo contemporáneo en una música de origen aleatorio. Permanece en ellas, la latencia de un proceso que el artista con habilidad casi performática desencadena, un impulso corporal que imprime sus rastros para dar lugar a un movimiento profuso y envolvente.
La totalidad, en los dibujos de Eduardo Stupía, se produce y despliega gracias a una intervención fluida del cuerpo en el plano abierto del papel. La línea, que en ningún caso puede distinguirse como efecto del movimiento, es una danza y por lo tanto lo que a sí misma, rítmicamente, se piensa dibujando. Así, la contemporaneidad se desliza en la configuración de un tiempo propio, inseparable en su devenir de las configuraciones del espacio. Toda y casi cualquier micro-proyección de la mente encuentra su reducto en estas irradiaciones reptantes de extraña fragilidad.
Eduardo Stupia nació en 1951. Es artista plástico y expone local e internacionalmente en muestras grupales e individuales desde 1973. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, de Buenos Aires. Es traductor de inglés, y ha traducido novelas, ensayo y poesía para diversas editoriales locales y del extranjero. Desde 1992 ejerce la dirección de arte del periódico trimestral Diario de Poesía y desde 1999 diseña el arte de tapa de la Editorial Adriana Hidalgo. Actualmente, integra el Consejo de Dirección de la revista cultural Las Ranas. En el área cinematográfica, se desempeña desde 1986 como Jefe de Prensa de diversas distribuidoras cinematográficas locales. Escribe asiduamente artículos diversos sobre cine y artes plásticas, y ha colaborado en publicaciones tales como Revista Ñ, Suplemento ADN del Diario La Nación, Diario Página 12, Revista Film, y Revista Artinf. Ejerce la docencia en Artes Plásticas desde 1986, y se ha desempeñado como jurado en premios municipales y nacionales.
Fuente:
http://www.artealdiaonline.com/Argentina/Agenda/Exposiciones_Muestras/Eduardo_Stupia

domingo, 18 de julio de 2010

Henry Moore


Henry Spencer Moore (Castleford, Yorkshire 30 de julio de 1898 – Much Hadham, 31 de agosto de 1986), escultor británico conocido sobre todo por sus grandes esculturas semiabstractas de figuras humanas. Está considerado como el escultor inglés más importante del siglo XX. Su obra ha ejercido una fuerte influencia sobre la escultura figurativa contemporánea. Entre 1919 y 1925 estudió en la Leeds School of Art y en el Royal College of Art de Londres. Sus primeros trabajos, realizados en la década de 1920, muestran influencias del arte precolombino, de la pintura de Masaccio y de Miguel Ángel, y de las formas aerodinámicas de Constantin Brancusi. Durante la década de 1930 la obra de Picasso y de los artistas abstractos contemporáneos ejercieron una fuerte influencia tanto en los dibujos como en las esculturas de Moore, muchas de sus obras de este periodo están muy próximas a la abstracción, son, algunas de ellas, piezas redondeadas talladas en madera con numerosos cortes y huecos, a menudo cubiertos por velos de fino alambre metálico. No obstante, la principal y más permanente influencia la recibió Moore del mundo de la naturaleza. En su etapa de madurez, iniciada con Figura reclinada (1936, City Art Gallery, Wakefield), Moore empleó formas hinchadas, rotundas, onduladas, con huecos y perforaciones redondeadas que reflejan formas naturales. Sus temas predilectos incluyen madres con hijos, grupos familiares, guerreros caídos y, sobre todo, la figura humana reclinada, que continuó representando a lo largo de toda su carrera, trabajando en madera, piedra y posteriormente ( a partir de 1950) en bronce y en mármol. Estas obras van desde el realismo —como en Figura reclinada vestida (1953, Edificio Time-Life, Londres), una enorme escultura de mujer reclinada sobre sus codos— a la abstracción —como en Formas internas y externas (1954, Albright-Knox Gallery, Buffalo), enorme y redondeada escultura en bronce perforada con un hueco interior que a su vez contiene una segunda forma abstracta de metal. Además, y muy diferentes de los bocetos preparatorios para sus esculturas, Moore realizó también una serie de dibujos sobre los londinenses refugiándose en las estaciones de metro durante los bombardeos de la II Guerra Mundial. Estos dibujos, conocidos como Dibujos de refugios (c.1940 y siguientes), expresan con gran agudeza el impacto de la guerra sobre los ciudadanos indefensos. Entre los encargos públicos más importantes se encuentran, Viento norte (1928), para la sede de las oficinas del Metro de Londres en Saint James, Virgen con el Niño (1949), para la iglesia de Claydon, en Suffolk, Figura reclinada (1951), para el festival de Bretaña, y otra Figura reclinada (1958) en la sede de la UNESCO en París.
Fuente: http://www.epdlp.com/pintor.php?id=316

viernes, 9 de julio de 2010

Guillermo Pérez Villalta


Guillermo Pérez Villalta. El pintor nacido en Tarifa/Cádiz en 1948 es uno de los grandes Iconos del arte contemporáneo español y consigue mantenerse siempre en equilibrio pese a las muchas facetas de su obra. En meados de los años 60 se fue a vivir en Madrid donde pudo no solamente conocer sino hacer parte de la grande “movida madrileña”.
En esa época y en los 70 sus cuadros eran llenos de colores fuertes que representaban personajes destorcidos habitantes de un grande escenario donde podemos ver claros rasgos de influencia manierista y barroca.
Grupo de personas en un atrio
La arquitectura fue el curso elegido por el artista para estudiar, aunque no haya terminado el curso, la asignatura siempre estuvo presente en sus obras. Villalta se dedicó no solamente a la pintura, así como el dibujo, la escultura o el diseño de muebles.
En 1985 gana el Premio Nacional de Artes Plásticas. Sus obras maduras de carácter narrativo nos recuerdan el Renacimiento, aunque el artista sea un profundo representante de su propio tiempo. Su reto es embellecer la vida – el propio artista comenta que ella es necesaria para vivir – la realidad y el cotidiano que nos turba la vista día tras día.
De la serie álbum de familia
En los 90, después de un viaje a Italia, su pintura tiende a tener características del Clasicismo. En sus trabajos más recientes podremos conocer su etapa mitológica – con tonos ocres y desnudos masculinos – así como ver características surrealistas, rococós y modernistas.

fuente: http://www.artespain.com/19-05-2010/pintura/biografia-de-guillermo-perez-villalta