jueves, 29 de diciembre de 2016

Patrón fractal, Dalí y el parkinson en sus cuadros

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Cada pintor tiene su especial forma de pintar, de aplicar el pincel sobre el lienzo, una especie de huella que identifica sus cuadros. Un estudio con miles de obras de varios pintores contemporáneos muestra ahora que los cambios en este patrón podría servir para detectar la aparición de enfermedades neurodegenerativas años antes de que se produzca el diagnóstico médico.
A finales del siglo pasado, la revista Nature publicaba un estudio que demostraba la naturaleza fractal de la obra de Jackson Pollock. Por debajo del aparente caos de cada uno de sus cuadros había una estructura de geometría irregular que se repetía a diferentes escalas. Pocos años después, el análisis fractal se usaba por primera vez para determinar la autenticidad de varias obras atribuidas al pintor estadounidense. ¿Por qué no usar los fractales también para detectar cambios en la forma de pintar provocados por la enfermedad?
Es lo que han hecho un grupo de investigadores británicos. Han aplicado el análisis fractal a 2.092 cuadros de siete grandes pintores de arte contemporáneo, desde Claude Monet, padre del impresionismo, hasta Picasso, pasando por Willem De Kooning o el surrealista Salvador Dalí. Aunque no se trate de fractales tan evidentes como el de un helecho o el brécol romanesco, sus obras esconden patrones fractales.
"En el arte, cada pincelada individual se auto replica por todo el cuadro creando la forma, el espacio y el patrón", dice la psicóloga de la Universidad de Liverpool y coautora de este estudio, Alex Forsythe. "Como si fuera la letra del artista, pero una letra que también requiere movimientos fractales de los dedos, las manos, los brazos y, en ocasiones, de todo el cuerpo. Hemos visto que el ritmo de estos patrones fractales queda atrapado para la eternidad en los cuadros, casi como una huella genética", añade.
Estos patrones son, dice Forsythe, permanentes y van allí donde el estilo del pintor le lleve: "Picasso, por ejemplo, fue un gran experimentador y cambiaba con frecuencia su estilo artístico, pero la dimensión fractal de sus trabajos permaneció estable a lo largo de toda su vida". La estabilidad fractal que detectaron en Picasso, también la han comprobado en Chagall y en Monet. Los tres murieron de viejos, pintando hasta sus últimas días y con sus habilidades cognitivas intactas.
Sin embargo, los otros cuatro pintores que estudiaron sí presentan cambios en la dimensión fractal de su obra (ver gráfico), cambios que para los autores de esta investigación, publicada en Neuropsychology, estarían relacionados con las enfermedades que asolaron su vejez, el párkinson (en el caso de Dalí y el indio canadiense Norval Morrisseau) o el alzhéimer (De Kooning y el pintor abstracto James Brooks).
"Hemos encontrado grandes cantidades de contenido fractal en los primeros trabajos de artistas que acabaron teniendo problemas neurológicos", comenta la psicóloga británica, que vuelve a poner el ejemplo de Dalí: "Se pueden ver áreas de evidente contenido fractal en muchos de los primeros trabajos de Dalí, donde el artista usaba sus pinceladas para crear el agua, el cielo y las montañas, pero también en la curvatura de los relojes blandos [La persistencia de la memoria, pintado en 1931]. Si ampliamos la imagen, podemos ver el contenido fractal en la naturaleza repetitiva de las pinceladas".
Los autores del estudio plantean que Dalí trabajó dentro de lo que ellos llaman rango normal de su dimensión fractal hasta pasados los 50 años, cuando algo empezó a cambiar. "Los trabajos posteriores, como Retrato de mi hermano muerto, que pintó más de 30 años después [que el cuadro de los relojes], tienen zonas con repetición de patrones pero la mayor parte de su contenido ya no es fractal. Por ejemplo, áreas de puntos circulares que no son fractales, sino que siguen principios geométricos", explica Forsythe. El canadiense Norval Morrisseau presenta el mismo patrón.
"Sospecho que en la fase final de la enfermedad de Parkinson, el artista tendría dificultades para controlar el pincel y tener la delicadeza necesaria para crear contenido fractal. Pero estos cambios se pueden apreciar ya a mediados de la carrera de ambos artistas, posiblemente antes de que percibieran cualquier deterioro neurológico", asegura la investigadora británica.
En el caso del alzhéimer, los patrones de Brooks y De Kooning son similares entre sí pero diferentes de los demás. De Kooning, famoso por su grotesca serie de cuadros de mujeres, siguió pintando después de que le diagnosticaran el mal de Alzheimer, pero el contenido fractal de sus obras se redujo drásticamente desde mediana edad. Sin embargo, en los tres pintores que murieron con su mente inalterada, no aparece ninguno de estos patrones. De hecho, la dimensión fractal se enriquece a medida que envejecen.
"Esta investigación es interesante por su intento de usar un método cuantitativo, objetivo, como los fractales", opina el neurólogo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Álvaro Sánchez. "También tiene todo el sentido la relación entre cambios en la obra y el avance de la enfermedad, pero la muestra es muy pequeña", añade.
Otro problema es el posible sesgo que pueda producirse en el hecho de que los cuatro pintores enfermos ya habían sido diagnosticados antes de estudiar la dimensión fractal de sus obras. Lo ideal habría sido al revés, usar los cuadros para diagnosticar la aparición de la enfermedad. En eso trabaja Sánchez, en la detección precoz del párkinson usando la forma de teclear como estos psicólogos han usado la forma de pintar.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/29/ciencia/1482994309_233792.html

sábado, 19 de noviembre de 2016

Barbara Kruger, cuando el arte cuestiona!!! (visita México)

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Algunas obras de arte no soportan el paso del tiempo, pero el trabajo de Barbara Kruger sigue estando de actualidad, los temas que trata siguen preocupando hoy en día. Feminismo, género, consumismo, poder y política son sus principales inquietudes.
Se la encasilla muchas veces en el movimiento feminista de los 70, ya que empezó haciendo piezas textiles como muchas de ellas. Pero su trabajo se acerca más al de artistas como Jenny Holzer o Martha Rosler, y su estilo está totalmente marcado por su experiencia profesional como diseñadora gráfica. Tras estudiar arte y diseño con Diane Arbus y Marvin Israel consiguió un puesto en Condé Nast, y trabajó en los departamentos de arte de diferentes revistas, de donde vienen sus influencias.
Comparte esta característica con Warhol, quien también sacó provecho de su experiencia como diseñador gráfico. De esta manera Kruger absorbió los estilos y tópicos de la utilización de la imagen y el texto en prensa para jugar con ellos y transmitirnos su mensaje. Resultan unas imágenes impactantes como las que se pueden ver en prensa o publicidad, pero conscientes de sus estereotipos, realizando una crítica a los valores que a menudo éstos realzan.
Barbara Kruger también tiene el valor de haberse distanciado del modelo de arte institucional y encerrado en sí mismo, ya que desde el principio plasmó sus obras en todo tipo de soportes y lugares para que llegasen al máximo público posible. Utilizando el lenguaje de los medios de masas crea mensajes desde otro punto de vista, a veces el opuesto, haciendo reflexionar al espectador. La apropiación de imágenes y estéticas ajenas para crear nuevos significados no era una novedad en el mundo del arte, lo vemos en artistas como Andy Warhol o Roy Litchtenstein sin ir más lejos, y sigue siendo un recurso muy utilizado. Desde cualquier punto de vista que miremos el trabajo de Barbara Kruger, incluso las obras más antiguas, aún funcionan hoy como el día en que se crearon.

Visita México

Barbara Kruger (New Jersey, 1945) pausará el ajetreo del Metro de México. Con sus frases irreverentes en gran formato, intervendrá la estación Bellas Artes del Sistema de Transporte Colectivo. Lo hará como un ejercicio de empatía entre los usuarios. Para hacer pensar en los otros. Empatía es precisamente el título del primer proyecto que realizará en México. Una invitación para reflexionar el entorno a través de palabras.
Se trata de la primera exhibición de la obra gráfica de Kruger en el México, que se podrá ver a partir del 22 en la estación del Metro. Será una intervención de oraciones impresas en blanco, negro y rojo –colores clásicos de su trabajo– que cubrirán paredes y escaleras. Envolverá así todo el espacio como lo hizo en el Metro de Londres, en las salas del museo Stedelijk en Ámsterdam y  el Museo de Arte Moderno de Oxford.
Trato de hacer trabajos que tengan relación con otros, que le hable a los otros. Son ideas que pienso en cómo cambiar el mundo y cómo el mundo nos afecta. Las ideas que estoy pensando son acerca del poder, la identidad, el ingenio, son preguntas que me hago a mí sobre nosotros quiénes somos, quién ganará la guerra, quién morirá primero, y otras”, comentó Kruger en entrevista.
La artista, quien también trabaja con anuncios electrónicos y videoinstalaciones multi canal, apuntó que en este proyecto no habrá fotografías. Pero sí busca que las frases saturen el pensamiento del espectador-usuario y ellos mismos generen escenas. Construcciones visuales que lo detengan un momento a pensar en los otros. “Sólo sugiero a la gente ciertas imágenes”, insistió. En el caso de México, su expectativa es que las personas se dispongan a mirar.
Kruger, ganadora del Premio León de Oro en la Bienal de Venecia 2005, es reconocida por irrumpir la década de los 70 con fotografías en blanco y negro de estética publicitaria y contenido crítico. A partir de imágenes obtenidas de la prensa principalmente de Estados Unidos, la artista produce collages en los que destacan frases enmarcadas en cuadros rojos.
En esas composiciones hace un análisis irónico sobre estereotipos respecto a la feminidad, el machismo, la sexualidad, el consumo en masas, la política, la religión o la discriminación racial. Y a pesar de la crudeza de sus comentarios, su obra atrapa la atención por el diseño similar al de la revistas de moda. Imágenes que parecen familiares, pero obligan a detenerse para comprender el mensaje de las oraciones enmarcadas en rojo.
Pues la obra de Kruger, como la de Andy Warhol, se caracteriza por la influencia directa del diseño gráfico. Luego de estudiar diseño en Parson’s en Nueva York, la artista trabajó en Condé Nast Publications, en la revista Mademoiselle, y pronto fue diseñadora en jefe en el departamento de arte de las revistas House and Garden y Aperture.
Quien fuera profesora de la Universidad de California aprovechó así su conocimiento técnico del diseño para incorporar en el arte provocaciones políticas, sociales, y, sobre todo, feministas. Kruger, de hecho, está enmarcada en la corriente feminista. El auge de estas imágenes fue en la década de los 80 y 90 cuando llevó las fotografías cortadas de otras publicaciones a gran escala yuxtapuestas con aforismos irónicos. Entonces pasó a las impresiones para espacios públicos.
Sus frases son de carga política impresas con el tipo de fuente Bold futura en negro, blanco y rojas; a veces verde. Colores que dijo la divierten. De las imágenes más conocidas destacan We don´t Need Another Hero: imagen de dos niñas en señal de fortaleza. También Your Body is a Battleground, en apoyo al aborto en los años 90, y I shop, therfore, I am, en contra del consumo de masas.
Hay gente que le gusta mi trabajo y a otras no. Yo lo que hago es alentar a la gente a que piense en el mundo. Si está de acuerdo o no con las ideas lo que importa es hacerse preguntas, es parte del proyecto”, agregó quien en la portada más reciente de la revista New York colocó una foto del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la palabra Loser.
Fuentes:
http://www.excelsior.com.mx/expresiones/2016/11/15/1128238
 https://nodisparenalartista.wordpress.com/2013/10/04/barbara-kruger/

viernes, 15 de julio de 2016

David Hockney y su mundo ‘antiselfies’


En plena era del selfie que inunda de imágenes las redes sociales, David Hockney ha decidido regresar al retrato pictórico convencido de que la cámara no puede transmitir la misma e intensa emoción. El artista británico (Bradford, Inglaterra, 1937), cuya obra ha venido experimentando en los últimos años con las nuevas tecnologías, despliega ahora en la Royal Academy londinense una colección de cuadros a modo de reflexión sobre uno de los géneros más tradicionales y sobre nuestras percepciones sobre el valor del retrato en el siglo XXI.
“Los famosos (celebrities) están hechos para la fotografía. Y yo no retrato a famosos sino a mis amigos”, ha explicado Hockney sobre ese desfile de familiares, amigos, ex parejas y estrechos colaboradores por su estudio de Los Ángeles para posar ante uno de los grandes artistas británicos vivos. De su mano ha regresado a los acrílicos después de dos décadas de experimentar con el iPhone y el iPad, aunque nunca dejara de lado los óleos y acuarelas.
La exposición 82 Retratos y Una Naturaleza Muerta, fruto del trabajo de los dos últimos dos años y medio, quizá sorprenda a algunos seguidores de un artista tan reconocido como popular. O a quienes en 2012 acudían en masa a su anterior muestra de paisajes de su Yorkshire natal, una de las más exitosas de la historia de la misma Royal Academy, con 600.000 entradas vendidas. Porque la propuesta recoge una galería de personajes poco o nada conocidos para el gran público, cada uno de ellos sentado en la misma silla y ante el mismo fondo bicolor, en una sucesion de lienzos que presentan idéntico formato (121,9 x 91,4 centímetros).
“En estos tiempos de autorretratos interminables y sin sentido (la obsesion por el selfie) es interesante lo poco que sabemos de nosotros mismos”, ha subrayado una de las modelos de Hockney y comisaria de la muestra, Edith Devaney, sobre la exploración psicológica que busca el autor en sus cuadros. Concebidos como un cuerpo único de trabajo, su ejecución respondió a una ceremonia cronometrada: todos los protagonistas, desde la madre y hermanos del pintor hasta el arquitecto Frank Gehry, pasando por el hijo pequeño de unos amigos, fueron invitados a posar durante tres días, en intensas sesiones que Hockney describe como “veinte horas de exposición” en un irónico comentario sobre la fotografía. La naturaleza muerta del título es una banqueta cubierta de frutas que ejecutó cuando uno de los convocados no llegó a la cita.
La tensión en las manos del marchante de arte y galerista Larry Gagosian denotan la impaciencia mientras Hockney perfilaba su retrato al carboncillo antes de iluminarlo con los vivos colores del acrílico. La pose extremadamente formal del hijo de 11 años de la artista Tacita Dean, Rufus, ataviado con el chaleco y la corbata típicos de los colegiales británicos, contrasta con los pantalones color rosa y corbata roja de lunares del sonriente cómico australiano Barry Humphries. Modelos jovenes con vestidos mínimos y zapatos de plataforma se exhiben junto a la seriedad del filántropo y coleccionista lord Jacob Rotschild, a todas luces demasiado alto para la silla.
Todos ellos integran el círculo más íntimo del artista y le arroparon en un momento de crisis personal y creativa. Hace tres años, y cuando ya llevaba una década reinstalado en su casa-estudio de Bradford tras la larga etapa de las piscinas luminosas de Los Ángeles, su asistente Dominc Elliott murió tras ingerir lejía en pleno éxtasis de drogas. El Hockney destrozado que decidió volver a California se fijó un día en la pose de aflicción de otro de sus colaboradores, Jean-Pierre Gonçalves, a quien acabó pintando reclinado hacia adelante, la cabeza escondida entre las manos.
Aquel episodio fue el germen de un proyecto que devuelve a Hockney a uno de los géneros que más le han interesado durante su prolífica producción, junto al de los paisajes. Mujeres y hombres, jóvenes y viejos, relajados o rígidos, sus personajes son también un reflejo de cómo nos vestimos hoy (apenas hay alguna corbata) y, sobre todo, de cómo nos mostramos a nosotros mismos. En un mercado dominado por el arte conceptual, las instalaciones, el performance o el vídeo, el artista que fuera pionero en el uso de las herramientas digitales reivindica ahora que el selfie no mató a la estrella de la pintura.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2016/07/01/actualidad/1467373890_560985.html

viernes, 10 de junio de 2016

Banksy en la escuela!!!

El vocero del artista confirmó su autoría
Lo encontraron esta mañana, cuando volvieron a clases. Lo hizo para agradecer que la escuela bautizó con su nombre uno de sus edificios, tras la votación de los alumnos. "Si no les gusta, no duden en añadir cosas", les dijo.
El prolífico representante británico del "street art", conocido como Banksy, donó una de sus obras a una escuela elemental de su Bristol natal, al sureste de Inglaterra.
El misterioso artista -cuya verdadera identidad no se conoce- se confirma como una persona muy generosa.
Uno de sus preciosos murales se verá ahora en la escuela: reproduce a un niño, acompañado de un mensaje en el que saluda y agradece a los alumnos de esa institución.


El vocero del artista confirmó a la cadena BBC la autoría de la obra, un homenaje a la escuela que dedicó a Banksy una de sus aulas. El director de la escuela, Geoff Mason, dijo que pretende preservar el mural y no tiene intenciones de venderlo, si bien se estima que, como otras obras del artista urbano, tenga un altísimo valor.
"Por favor, acepten esta pintura. Si no les gusta, no duden en añadir cosas, estoy seguro de que a los profesores no les importará", escribió Banksyen una carta que fue encontrada a primera hora del lunes por uno de los trabajadores del colegio Bridge Valley School.
El artista agradece en la carta que la escuela haya bautizado con su nombre uno de sus edificios tras celebrar una votación entre los alumnos y les da un consejo a los niños: "Recuerden, siempre es más fácil lograr que los perdonen que conseguir que les den permiso".
El director de la escuela, Geoff Mason, afirmó que su intención es conservar el mural en la ubicación donde lo ha pintado Banksy y que "no hay planes de venderlo".
En 2014, el también escritor había dado ya muestras de su generosidad realizando una de sus obras sobre una puerta de una institución para niños de Bristol, para evitar su cierre. El trabajo de Banksy, en general piezas satíricas sobre política, cultura pop y etnias, combina la técnica de esténcil con plantilla y escritura con graffiti.
Las calles de Bristol lo conocen desde los años ochenta, cuando lideró el boom del graffiti con aerosol.


Fuente: EFE y ANSA  http://www.clarin.com/sociedad/Banksy-sorprendio-alumnos-escuela-Bristol_0_1590441032.html

sábado, 13 de febrero de 2016

El retrato de Adele Bloch-Bauer I’ de Gustav Klimt y la historia que lo rodea.

Los herederos de Paul Rosenberg recuperaron la pieza central de la que había sido una de las colecciones privadas de arte moderno más importantes del mundo: Mujer sentada (1924), de Henri Matisse. La historia dice que en 1938 Rosenberg era un importante marchante de arte vanguardista que representaba a pintores de la talla de Pablo Picasso, Henri Matisse y Georges Braque. Pero su trabajo se vio interrumpido cuando el Ejército nazi tomó la capital francesa y comenzó a perseguir a los judíos y a despojarlos de sus pertenencias. De ese modo, Rosenberg perdió su colección a pesar de que los dirigentes del Partido Nacional Socialista despreciaban el arte de vanguardia. Terminada la guerra, el francés duró años buscando sus obras y la que más anhelaba encontrar era Mujer sentada.

El cuadro de Matisse apareció escondido entre una caja de tomates en la casa de Cornelius Gurlitt, hijo de un coleccionista nazi que alcanzó a amasar una importante cantidad de obras durante la guerra. Era una de las 1.500 piezas encontradas por las autoridades alemanas en la casa de Gurlitt hace poco más de un año. Desde entonces, un grupo de historiadores de arte están dedicados a investigar el origen de cada una de ellas y la semana pasada devolvieron Mujer sentada, de Matisse, a los Rosenberg y Dos jinetes en la playa (1901), de Max Liebermann, a los descendientes del empresario David Friedmann.

Pero si la historia de una obra maestra de Matisse encontrada 70 años después en una caja de tomates en un apartamento de Múnich parece fantástica, la del Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907) –la dama de oro de Austria– lo es aún más. Tanto, que inspiró una película titulada La dama de oro, dirigida por Simon Curtis y protagonizada por Helen Mirren.

Durante 60 años este cuadro de Gustav Klimt estuvo en las paredes del Museo Belvedere en Viena y se convirtió en un ícono para los austriacos, que no sabían quién era la hermosa mujer retratada. La placa del museo decía La dama de oro. En realidad se trataba de la joven judía Adele Bloch-Bauer, cuya identidad había sido borrada por los nazis.  Pero en 2000 María Altmann –sobrina de quien había sido una de las mujeres más bellas de la alta sociedad vienesa- demandó al Estado austriaco para recuperar el retrato de su tía y dio comienzo a uno de los juicios más famosos de la historia.

Adele Bloch-Bauer formó parte de la llamada belle époque vienesa. En su casa se reunían con frecuencia el escritor Stefan Zweig, el compositor Gustav Mahler, el arquitecto Martin Gropius, el filósofo Sigmund Freud y el pintor Gustav Klimt con sus discípulos más destacados, Oskar Kokoschka y Egon Schiele. A pesar de venir de una familia conservadora, Adele y su marido, Ferdinand Bloch-Bauer, -un multimillonario dueño de una industria azucarera- se convirtieron en mecenas del arte vanguardista de Viena. Ferdinand pagó a Klimt millonarias sumas para que pintara a su mujer y este hizo dos retratos en estilos completamente distintos. Como era sabido que Klimt se acostaba con algunas de sus modelos –incluidas varias damas de la alta sociedad– corría el rumor de que Adele era su amante y tras la exhibición de Retrato de Adele Bloch-Bauer I se dijo que se estaba enamorado de ella.

Adele murió poco después de la Primera Guerra Mundial y su esposo convirtió su cuarto en una especie de museo en el que colgaban los seis cuadros de Klimt de la familia: dos retratos y cuatro paisajes. En su testamento, Adele dejaba sus adorados Klimt al Belvedere. Ferdinand pensaba honrar el deseo de su esposa, pero la llegada de las tropas nazis a Viena en 1938 y los horrores que siguieron lo hicieron cambiar de opinión.

En cuestión de días los Bloch-Bauer lo perdieron todo. Ya no eran una de las familias más ricas e importantes de Austria sino unos más de los millones de judíos desposeídos  de Europa. Fritz Altmann –esposo de María- fue enviado a un campo de concentración de donde salió cuando su hermano entregó al Estado su exitosa fábrica textil. Varios de sus vecinos y amigos se suicidaron, otros terminaron en campos de concentración y unos cuantos huyeron de Austria para no volver jamás. María y su esposo se asentaron en Estados Unidos donde tiempo después ella se reencontró con sus hermanos. Entre tanto, Ferdinand se refugió en Suiza.

Durante los años de guerra y poco después Ferdinand trató sin éxito de recuperar los Klimt. Antes de morir escribió un testamento en el que desautorizaba el escrito por Adele y dejaba los cuadros –alegando que él había pagado por ellos y era su verdadero dueño– y demás pertenencias a sus sobrinos. Pero recuperarlos iba a ser casi imposible.

Los nazis sabían el valor del arte confiscado a los judíos y lo habían declarado patrimonio austriaco para que fuera imposible sacarlo del país. Terminada la guerra muchos trataron de recuperar sus colecciones pero las reglas no habían cambiado. Los cuadros robados estaban en los museos más importantes del país y sus respectivos directores eran los mismos que cuando los nazis estaban en el poder.

En el búnker del Belvedere –construido durante la guerra para proteger las obras- guardaron los documentos que demostraban que cientos de los cuadros del museo –entre ellos los seis Klimt de los Bloch-Bauer– eran robados. La existencia de este archivo secreto se descubrió en 1998 cuando la disputa de los herederos de Egon Schiele por dos de sus cuadros obligó a las autoridades a abrirlo. La escandalosa información encontrada animó a María Altmann, de 85 años, a contratar un abogado y demandar a los austriacos.

El Belvedere alegaba que el testamento de Adele le dejaba los cuadros al museo y María y su abogado, Randy Schoenberg, se atenían al testamento de Ferdinand que anulaba el de Adele y al hecho de que los cuadros fueron entregados por un alto funcionario nazi. La victoria parecía imposible pero después de seis años de titánica batalla tres jueces austriacos votaron unánimemente a favor de María.

Meses después de haber recuperado los cuadros, la austriaca subastó cinco de ellos por más de 150 millones de dólares en una de las subastas más mediáticas de todos los tiempos. Retrato de Adele Bloch-Bauer I –también conocido como la Mona Lisa de Austria- fue vendido a Roland Lauder en una transacción privada por 135 millones de dólares, convirtiéndose así en uno de los diez cuadros más caros de la historia. Hoy la obra es la pieza central del Neue Galerie en Nueva York.  
Según explicó Schoenberg al LA Times, María vendió los cuadros porque se habían vuelto tan valiosos que le era imposible quedarse con ellos por cuestión de impuestos. Además, el interés de la vienesa nunca fue quedarse con las obras sino cerciorarse de que se hiciera justicia y asegurarse de que el mundo supiera la historia de su familia y la de su tía Adele.
Fuente: http://www.semana.com/cultura/articulo/la-asombrosa-historia-detras-del-retrato-de-adele-bloch-bauer-de-klimt/428906-3

domingo, 10 de enero de 2016

Marcel Barbeau, Montreal abstract expressionist artist, dead at 90

One of the last living artists to sign a manifesto decrying the Catholic Church's hold on Quebec culture has died.
Marcel Barbeau, an influential painter and sculptor, died on Saturday, Jan. 2 at the age of 90, with a paintbrush in his hand.
Barbeau is known as a pioneer of abstract art in Canada and one of the early members of a group of Montreal artists who broke with tradition and the Catholic Church by signing onto the Refus global manifesto, which argued for greater freedom of expression and a more open education system.
The 1948 document was also signed by artists such as Paul-Emile Borduas, Jean-Paul Riopelle and Françoise Sullivan.
Sullivan was herself a dancer and painter at the time and is still painting today. She remembers Barbeau as a leader in the movement.
"He often shared a studio with Jean-Paul Riopelle and Jean-Paul Mousseau and they worked very hard towards this sort of painting that had never been done before and I think that Marcel really was the first to do an all-over painting," Sullivan said in an interview.
"It means that the image is not central with maybe a blank space around.
"This way of approaching painting was different. It was more instinctive. This is what the abstract expressionists in New York did, but it was done a few years after it was done here in Montreal."
According to Sullivan, the new painting style wasn't well received by their mentor, Borduas, but "Riopelle soon approached painting in the same way."  

Watershed moment

Sullivan says the group was interested in opening up Quebec society to the world, which at the time was run by the heavy handed premier Maurice Duplessis. Schools were run by the Catholic Church.
"This was a social approach to life," Sullivan said of the group's philosophy.
"We thought that education was keeping us closed in and it should be opened up to the world. There were a lot of wrongs during the Duplessis period and we wanted to go over that and it says make place for love, for magic and for our natural instincts to be free."
Montreal Museum of Fine Arts curator Ann Grace says those early paintings by Barbeau were mostly destroyed by his mentor Borduas.
Barbeau described them as "Jackson Pollock-style paintings," which she said were in fact "quite revolutionary."

Barbeau and optical art

Grace says Barbeau's work is most significant in his early automatist period in the 1940s and then again when he turned to abstract optical art, often referred to as Op art, in the 1960s.
"He has an important contribution in the 1960s as an Op art artist where finally I think we can say that Montreal artists were really on the forefront of what was happening in the avant-garde art scene," she said.
Marcel Barbeau Two Eggs Well Done

Barbeau left Canada in the 60s and 70 and spent much of his life in Paris, New York and California, returning to Montreal in 2008.
His work is found in many collections in Canada, the U.S. and Europe.  
He was made Officer of the Order of Canada in 1995 and received Quebec's highest recognition for an artist, the Prix Paul-Émile Borduas, in 2013 as well as the Governor General's Award in Visual Arts the same year.

Family ties

Barbeau's daughter, Manon, made a documentary about the children of the Refus global, Les enfants du refus global, criticizing the extent to which the artists abandoned their parental responsibilities in their devotion to their art.
But she says her father always kept in touch with her and as a teen she wrote often to him for advice.
Manon Barbeau says toward the end of his life her father suffered from Parkinson's disease and could no longer speak nor walk. But he continued to paint.
"His paintings were very colourful," she said. 
"It was not the hard edge of some of his earlier paintings and he had an assistant who opened his paints for him. He even went to Omer des Serres in a wheelchair to buy new brushes recently."
Barbeau says she gave her father a paintbrush because he wanted to die with a paintbrush in his hand, like legend says was the case with Renoir and Chagall.  
Marcel Barbeau's funeral will take place at the Cemetery on Mount Royal on Jan. 25.
Fuente: http://www.cbc.ca/news/canada/montreal/marcel-barbeau-abstract-expressionist-1.3388580

domingo, 3 de enero de 2016

"La châpelle de Notre-Dame de Grâce, Honfleur" de Monet subasta en China

cuadroFinalizando el 2015 un cuadro de Claude Monet, "La châpelle de Notre-Dame de Grâce, Honfleur" ("La capilla de Nuestra Señora de la Gracia, en Honfleur"), de 1864, se ha convertido en la pintura más cara subastada en China, al ser vendida por 20,7 millones de yuanes (2,9 millones de euros, 3,2 millones de dólares).
Según informó la agencia oficial Xinhua, esta fue la más cara de las piezas vendidas este fin de semana durante una subasta de la firma local Xiling Yinshe en la ciudad de Hangzhou, capital de la provincia oriental de Zhejiang, cuna del sector privado chino y hogar de muchos potenciales compradores.

El precio alcanzado por esta pintura del impresionista francés, que, en una composición muy moderna, muestra una arboleda y sólo la parte de la torre y el pórtico de acceso a la mencionada capilla, bajo la luz de un día gris de Normandía, sobrepasa al de otras grandes subastas celebradas en China recientemente.
Fuente: http://www.expreso.com.pe/cultural/un-monet-es-subastado-en-china/