En 1855 parte hacia París, donde asiste a la Academia Suisse, solicitando consejos a Corot. Debuta en el Salón de 1859. Concurre al Salon des Refusés de 1863. Por entonces conoce a Manet, Whistler y Cézanne, algo más tarde, a Monet, Sisley, Bazille. Durante la guerra franco-prusiana reside en Londres, se encuentra con Monet, conoce a Paul Durand-Ruel. De regreso a Francia trabaja con Cézanne en Pontoise (1872-1874). Expone junto con los impresionistas. Agobiado por una numerosa familia, Pissarro sufre constante penuria, lo que le obliga por momentos a hacer trabajos de ocasión, tales como como exornación de abanicos.[1]
Nace el 10 de julio de 1830 en la isla de Santo Tomás, en las Pequeñas Antillas. Hijo de Abraham Gabriel Pissarro, un judío sefardí portugués y Rachel Manzano Pomié dominicana.
La niñez y la adolescencia de Pissarro transcurren en las Antillas, en Santo Tomás. Contra la voluntad de su padre, negociante, rehusa seguir la carrera comercial. Estudia con el paisajista dinamarqués Melbye.[1]
En 1847, tras concluir parte de sus estudios en Francia, regresó a Santo Tomás para ayudar en el comercio de sus padres. En sus momentos libres se dedicaba a dibujar. Posteriormente abandonó su hogar debido a la oposición de sus padres a que se convirtiese en artista. Viajó a Caracas en (1852), acompañado de su maestro, el pintor danés Fritz Melbye. Allí se dedicó plenamente a la pintura, realizando paisajes y escenas de costumbres.
Trayectoria artística
De 1868 a 1871 Pissarro vivió en Louveciennes, que estaba en la línea del avance prusiano hacia París, y habiendo los alemanes ocupado su casa, destruyeron todas sus pinturas. Entre tanto Pissarro se había refugiado en Inglaterra, estableciéndose en Londres, en Sydenham, de cuyas cercanías pintó numerosos paisajes. Él y Monet fueron invitados a presentar sus obras en la Real Academia, pero solo como extranjeros distinguidos, puesto que los artistas independientes ingleses eran tratados en Londres precisamente como Monet y Pissarro eran tratados en París.
Hasta 1866 pintó con gama sobria, a la manera que prevalecía entre los pintores influidos por Corot y Courbet. Sus obras de esta época de verdes austeros y grises sombríos constituyen lo que podría llamarse su manera negra. Su ascensión progresiva hacia la plena luz y yuxtaposición brusca de colores la debió a la influencia de Manet.
Vuelto a Francia, se estableció en Pontoise, donde vivió de 1872 a 1882. En esta época se comunicó frecuentemente con Vignon y Cézanne, trabajando junto a ellos, y adquiriendo un colorido esplendente, sugerido por el de Cézanne. Establecido en Pontoise, cesó de enviar obras al Salón y, en cambio, expuso en todas las exhibiciones de independientes, ayudando activamente a la manifestación del impresionismo.
Fue el pintor de la naturaleza agreste y de la vida rústica. Nunca buscó motivos raros ni horizontes excepcionales, ni embelleció las cosas. Por esto sus obras causaron entonces repugnancia, porque el público los consideraba vulgares y groseras, no pudiendo comprender el encanto de aquella sencillez natural. En 1883 se estableció en Eragny-Razincourt, y habiendo enfermado de la vista y no pudiendo soportar la intemperie, trasladó su residencia en Ruán, dedicándose a la pintura de escenas urbanas, interiores domésticos y otros asuntos semejantes, y pasando luego a París, donde aumentó su ya gran producción con admirables vistas de la gran ciudad.
Trabajó mucho al óleo, a la aguada, al aguafuerte y a la litografía. De sus obras, merecen mencionarse: Paisaje de Montmorency, Orillas del Marne, Ruta de Cachalas a la Roche Guyon, Otoño, La carretera de Louveciennes, Efecto de nieve, Orillas del Oise, Sendero a través de los campos, La recolección de manzanas, Vista de Ruán…
Está representado en la Sala Caillebotte de Luxemburgo, y en casi todas las colecciones de pintura impresionista. Varias de sus mejores obras están en la Colección Durand-Ruel, de París.
Muerte
El 13 de noviembre de 1903 muere en su apartamento del boulevar Morland de París. A los 73 años,sin lugar a dudas, con él muere uno de los grandes pintores impresionistas, mientras su obra, una de las más nobles y dignas de la historia del arte, permanece siempre llena de vida.
Su estilo en esa época era bastante tradicional. Al volver a Francia, después de una estancia en Londres, participó en el movimiento impresionista. Atraído por la tierra, fue un pintor rústico. Del período llamado de Pontoise (1872-1884, aproximadamente) datan sus mejores obras inspiradas en Monet y Cézanne: La siega en Montfoucault (1876), Los tejados rojos (1877), Primavera en Pontoise (1877). Tras un período neoimpresionista, volvió al lirismo y al esplendor cromático del impresionismo. En 1895, un empeoramiento de la enfermedad ocular que padecía le obligó a pintar paisajes urbanos de París desde la ventana: Avenida de la Ópera, Jardín de las Tullerías y Efecto de nieve. La obra de Pissarro, que abarca todos los géneros, está representada en el Museo de Orsay de París y en casi todos los museos de arte moderno del mundo.
Fuente: http://www.ecured.cu/index.php/Camille_Pissarro
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