domingo, 4 de agosto de 2013

Kemble en el Malba



"Kemble por Kemble" es el título de la muestra, una selección de 32 obras producidas entre 1953 y 1995, basada en textos, archivos, documentos y cartas personales del artista -promotor de muchas de las experiencias más audaces de los años 60- con la idea de seleccionar aquellas obras sobre las que él mismo escribió.
 
Hijo de padre escocés y madre alemana, Kemble nació en Buenos Aires en 1923, estudió con el pintor Raúl Russo en 1950, luego con André Lhote en París, y en su regreso a Buenos Aires (1956) fue uno de los fundadores del movimiento informalista, en el que “un grupo de artistas se planteó acabar con las reglas del buen gusto en el arte argentino”, en palabras de la curadora Florencia Battiti.
 
Kemble -"un tipo muy culto, inteligente, bilingüe y además muy guapo”- comenzó a trabajar en sus pinturas o collage con trapos de piso, arpillera, material de lija, maderas, chapas, papeles y toda clase de materiales toscos y vulgares, con la idea de salirse de la práctica artística tradicional, en una actitud realmente transgresora.
 
Cuando exhibió en galería Lirolay -epicentro de la vanguardia en los años 60-, un buzón sobre una tarima junto a la leyenda “Buzón de recolección de fondos pro hogar para gatos desamparados”, “la gente le dejaba toda clase de mensajes: `tonto`, `tarado`, `esto salió del cerebro de una cucaracha`... era una pieza provocadora para la época, era rara”, dispara Battiti.
 
Fue justamente en la galería Lirolay, sobre la calle Florida, donde vio la luz la experiencia colectiva “Arte destructivo” (1961) -emblemática en la historia argentina- impulsada por Kemble, junto a Jorge López Anaya, Antonio Seguí, Silvia Torrás, Eduardo Barilari, Luis Wells y el fotógrafo Jorge Roiger y cuyo registro documental se puede ver en el centro de la sala, en un cubo blanco especial.
 
“Como curadora, me basé en seguirle las huellas a Kemble, en sus propios textos -como crítico- y sus propias decisiones -como curador- Y así aparece una carta dirigida a un tal Federico fechada en 1972, donde le cuenta su desarrollo artístico. Esa carta sirvió para estructurar la primera mitad de la muestra”, explicó a Télam Battiti, durante una recorrida exclusiva, antes de la apertura.
 
“Todo el tiempo, Kemble escribe y `mapea` su propio trabajo en la historia del arte. El se escribía prácticamente todas sus exposiciones. No le daba lugar a la crítica de la época que hablara de su trabajo, no estaba de acuerdo con lo que la critica decía de su trabajo y cómo historiografiaba su obra, entonces él se ocupaba de eso”, desgrana Battiti. 


“A Kemble le molestaba que algunos amateurs opinaran alegremente y no sólo eso; que tuvieran gravitación sobre la carrera de un artista y lo dice de forma clara como en ésta obra `Gol` -señala Battiti frente a una esfera de clavos-, es homenaje a Eduardo Baliari, quien antes de dedicarse a la crítica de arte era periodista deportivo, por eso el nombre de la obra”.
 
Lo cierto es que la famosa carta que Kemble le escribe a “Federico” menciona una veintena de obras que van contando su desarrollo artístico desde fines de los 50 a la fecha (1972) -“una suerte de curaduría implícita”-, y que Battiti recuperó una por una -algunas guardadas en carpetas, nunca antes exhibidas, otra en un museo de Entre Ríos, otras de colecciones privadas- para adornar ahora las paredes del museo.
 
La segunda mitad de la exposición requirió de un exhaustivo análisis por parte de la curadora, quien se sumergió en toda clase de documentos y papeles para establecer aquellas obras que Kemble seleccionaba una y otra vez en todas sus muestras y catálogos, desde la fecha de la famosa carta hasta prácticamente su muerte.
 
El proyecto "Kemble por Kemble" contempla tres instancias que funcionan como piezas de un mismo engranaje conceptual -detalla Battiti-: la edición de dos libros que reúnen escritos de Kemble y la realización de la presente exposición.
 
Así, en abril de 2012, fueron publicados "Entre el pincel y la Underwood. Kenneth Kemble, crítico de arte del Buenos Aires Herald", a cargo de Florencia Battiti y "Kenneth Kemble, y Escritos. Prólogos, artículos, entrevistas 1961-1998", recopilados por Justo Pastor Mellado. Este último contó con el apoyo del fondo editorial de Malba.
 
La muestra, que -a modo de homenaje- coincide con los quince años del fallecimiento del artista y los 90 de su nacimiento, se podrá visitar desde el viernes y hasta el 2 de septiembre en el primer piso del museo de Avenida Figueroa Alcorta 3415, entrada 40 pesos (miércoles 20).

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201307/24548-el-malba-aborda-el-derrotero-de-un-artista-innovador-y-desafiante.html

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