domingo, 15 de febrero de 2009

THOMAS DE QUINCEY


Thomas De Quincey nació el 15 de agosto de 1785 en Greenheys, Manchester, y falleció el 8 de diciembre de 1859 en Edimburgo.-


Escritor inglés de ensayos y crítico literario, fue conocido por su autobiografía ' Confessions of an English Opium-Eater', principalmente. Esta obra apareció, por primera vez, en London Magazine en 1821. De Quincey fue adicto al opio desde su juventud hasta el final de su vida. Su influencia sobre: Poe, Baudelaire y otros lectores comunes tentados a experimentar con el opio, ha sido inmensa y maligna.

De Quincey nació en la ciudad burguesa e industrial de Manchester, Lancashire, siendo hijo de un mercader. Fue educado en los colegios de Bath Y Winkfield, acabando sus estudios secundarios en Manchester desde donde huyó hacía Wales a los 17 años - con el conocimiento de su madre y su tío. Durante los años 1802 y 1803 vivió en London en pobreza antes de regresar a su casa familiar. De Quincey se hizo adicto al opio en 1804 cuando estudiaba en Worcester College de Oxford. Primero lo usaba para remediar los dolores agudos de neuralgia y teniendo siempre cerca una botella de láudano e incrementando progresivamente la dosis.

Después de abandonar Oxford sin graduarse, De Quincey se hizo amigo íntimo de los escritores románticos en 1807.
A Taylor Coleridge lo conoció en una visita a la cuidad de Bath, la cual estaba de moda. Coleridge le presentó a Robert Southey y William Wordsworth. En 1809, se mudó con ellos al pueblo de Grasmere en el Distrito de los Lagos.
Debido al padecimiento de unas extenuantes enfermedades durante 1812 y 1813, De Quincey empezó a tomar opio, llegando a ser un consumidor diario en 1813. Sin embargo, fue capaz de controlar su hábito hasta 1817, más o menos.
Se casó con Margaret Simpson, hija de un granjero, con quien tuvo ocho hijos. Habiendo agotado su fortuna privada, empezó a ganarse la vida como periodista y fue asignado como editor de un periódico local conservador, The Westmoreland Gazette. Durante los 30 años siguientes, mantuvo a su familía gracias a cuentos, artículos y críticas, principalmente en Edinburgh.

A principios de 1820, De Quincey se trasladó a London, donde contribuyó al London Magazine y Blackwoods. Su crónica 'Confessions Of An English Opium Eater', describiendo los estados de éxtasis y tormento de la droga, en seguida fue un éxito. Su libro incluía citas en griego, latín e italiano. Sin considerar sus efectos corruptivos (tanto física como intelectualmente), De Quincey tomaba la droga con la esperanza de aumentar su racionalidad y sentido de la armonía. Para él, el opio no formaba parte de un estilo de vida alienado o criminal.

En 1826, De Quincey se trasladó a Edinburgh y, después de la muerte de su mujer, volvió al consumo de opio abusivo. Durante los años 1841 y 1843, se ocultó de sus acreedores en Glasgow. Desde 1853 hasta su muerte, De Quincey trabajó en: ' Selections Grave and Gay, From the Writings, Published and Unpublished, by Thomas De Quincey'. A pesar de que escribió un gran volumen de obras, sólo publicó unos pocos libros y tuvo constantes dificultades financieras. La mayoría de sus trabajos fueron escritos para periódicos. Como escritor las principales características de De Quincey fueron: su sensibilidad, su imaginación interior y su envergadura de entendimiento. También escribió estudios sobre filósofos alemanes como: Kant, Lessing, Richer.

La influencia de De Quincey de describir los mecanismos de la mente en las pesadillas ha sido reconocida más tarde en los trabajos de Edgar Allan Poe y Charles Baudelaire. También ha sido sugerido, que influyó sobre escritores extranjeros modernos como Alexander Trocchi, para quien las drogas sirvieron para confirmar su alienación de la corriente hegemónica de la sociedad

"Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes"

La Editorial Valdemar en su colección El Club Diógenes, acaba de editar “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes” y otros ensayos literarios ( “Sobre los golpes en la puerta en Macbeth”; El correo inglés” y “La visión de la muerte súbita”).

Hablaremos del primero de estos ensayos, Del asesinato considerado como una de las bellas artes, es una obra maestra de humor negro. No temáis leerla, no es deprimente y si bastante divertida si lo vemos desde la perspectiva de que la muerte, ese hecho ineludible que nos espera a todos, aparece como un espectáculo digno de ser visto y gozado. Humor negro en estado puro, y eso es algo insólito en la Inglaterra victoriana, época en que fue escrita. Thomas De Quincey, se adelantó con ella a su tiempo utilizando una técnica más propia de la novela actual que de la pesada maquinaria narrativa decimonónica. Quincey escribe sobre una imaginaria sociedad secreta dedicada al culto del asesinato y la propuesta básica es que, cuando el asesinato está cometido y no podemos hacer nada por las víctimas, debemos dejar de considerarlo moralmente y pasar a juzgarlo como obra artística según las leyes del buen gusto. Con este planteamiento, De Quincey se retrotrae al "primer asesinato", es decir, el cometido por Caín sobre Abel, y a otros famosos de la historia, hasta concluir en los de mayor actualidad en el mundo anglosajón de la época. A este respecto, dice desdeñar el veneno y demás "innovaciones abominables venidas de Italia" en favor del tradicional corte de garganta.

Pretende discutir con los detractores del asesinato dado que "cuando se les oye hablar se creería que ser asesinado tiene todas las desventajas e inconvenientes y que no las tiene el no ser asesinado", y recuerda a continuación las enfermedades y los pesares de que está libre el asesinado. Recuerda que Marco Aurelio dijo que una de las funciones más nobles de la razón consiste en distinguir si es o no tiempo de irse de este mundo, y dice agradecer a los artistas del asesinato que se dediquen a instruir gratuitamente a los demás en esta rama de la ciencia, si bien se apresura a aclarar que muy pocos cometen asesinatos por principios filantrópicos.

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