Ernst Ludwig Kirchner en estado puro, como nunca antes se había visto en España. Color y profundidad, trazados expresionistas llevados a la máxima consideración en una retrospectiva cargada de pasión y vitalidad en la Fundación Mapfre, hasta el 2 de septiembre Más de 150 obras del autor alemán que ofrecen al visitante la posibilidad de conocer a uno de los genios autodidactas más influyentes del último siglo.
Y es que la retrospectiva ofrecida por la Fundación Mapfre es única por dos circunstancias. La primera, porque por primera vez en España se ofrece una muestra tan significativa de un autor que hasta el momento no había contado con una retrospectiva a la altura de su trabajo. La segunda, porque las 153 obras de Ernst Ludwig Kirchner no viajarán en conjunto a ningún otro espacio cultural, haciendo de esta exposición una oportunidad irrepetible.
Karin Schick, directora del Museo Kirchner de Davos y comisaria de la muestra, explicó que el recorrido de la muestra ofrece al visitante la evolución del autor, desde sus comienzos cuando era estudiante de arquitectura en Dresde hasta sus últimos trazados, caracterizados por una agonía emocional con la ascensión del nazismo en Alemania.
La comisaria Schick recordó que Kirchner fue un artista en permanente proceso de reinvención, con obras más visuales que intelectuales, y uno de los fundadores del influyente grupo expresionista Die Brücke (El puente). Para documentar todas estas circunstancias, la muestra de la Fundación Mapfre también incluye 35 copias de fotografías que muestran el día a día y el trabajo de Kirchner.
La muestra permanecerá expuesta hasta el 2 de septiembre. Según fuentes consultadas por Hechos de Hoy, la Fundación Mapfre prepara también una visita virtual a través de su página web para que todos aquellos que no puedan trasladarse hasta Madrid para apreciar el arte de Kirchner puedan, al menos, apreciar el alcance de la muestra.
Ernst-Ludwig Kirchner nació en 1880 en Aschaffenburg, una localidad
alemana de la región de Franconia. Cursa sus primeros estudios en Chemnitz,
ciudad sajona en cuya Escuela de Artes Aplicadas su padre había conseguido una
plaza de profesor, y en 1901 inicia la carrera de arquitectura en la Escuela
Técnica Superior de Dresde. La doble dimensión, técnica y artística, que estos
estudios le ofrecen, satisfacía el deseo de su padre, ingeniero, y los del
propio Kirchner, que desde muy pronto venía interesándose por el dibujo. En la
escuela de Dresde, Kirchner conoce a un joven estudiante, Fritz Bleyl, con el
que pronto entabla amistad.
En el invierno de 1903 a 1904, interrumpe sus estudios en Dresde para viajar a Munich y asistir a la academia de W.Debschitz y Hermann Obrist, dos artistas que se encontraban en la órbita del Jugendstil, la variante alemana de un fenómeno europeo que, según los países, toma nombres como Art Nouveau, Modern Style o Modernismo. De vuelta a Dresde, dos nuevos alumnos se unen al grupo: Erich Heckel, en 1904, y, al año siguiente, Karl Schmidt-Rottluff. Según parece, de este último partió el nombre de Brücke -Puente- para la asociación de artistas que Kirchner, Bleyl, Heckel y él mismo constituyen en 1905. Kichner que en ese mismo año obtiene el diploma de ingeniero, se erigirá en el líder del grupo y en lo sucesivo se dedicará por completo al arte. En 1906, a los fundadores del Puente se añaden Max Pechstein, el suizo Cuno Amiet y Emil Nolde, tras la invitación que recibe de Kirchner y sus amigos, que habían quedado prendados de su obra a raíz de la exposición del ya maduro pintor celebrada ese mismo año en la Galería Arnold de Dresde.
En el invierno de 1903 a 1904, interrumpe sus estudios en Dresde para viajar a Munich y asistir a la academia de W.Debschitz y Hermann Obrist, dos artistas que se encontraban en la órbita del Jugendstil, la variante alemana de un fenómeno europeo que, según los países, toma nombres como Art Nouveau, Modern Style o Modernismo. De vuelta a Dresde, dos nuevos alumnos se unen al grupo: Erich Heckel, en 1904, y, al año siguiente, Karl Schmidt-Rottluff. Según parece, de este último partió el nombre de Brücke -Puente- para la asociación de artistas que Kirchner, Bleyl, Heckel y él mismo constituyen en 1905. Kichner que en ese mismo año obtiene el diploma de ingeniero, se erigirá en el líder del grupo y en lo sucesivo se dedicará por completo al arte. En 1906, a los fundadores del Puente se añaden Max Pechstein, el suizo Cuno Amiet y Emil Nolde, tras la invitación que recibe de Kirchner y sus amigos, que habían quedado prendados de su obra a raíz de la exposición del ya maduro pintor celebrada ese mismo año en la Galería Arnold de Dresde.
Los restantes años de la primera década del siglo
son de una intensa actividad colectiva que hace que, en ocasiones, sea imposible
distinguir la autoría de muchas de las obras de los miembros del grupo. Su
primera exposición conjunta tuvo lugar en 1906, en el salón de exhibición que la
fábrica de lámparas de K.F.M. Seifert tenía en Lobtau, cerca de Dresde. Bajo una
trama abigarrada de lámparas de gusto burgués que colgaban del techo y ante la
perpleja mirada de los vendedores, los cuadros se repartían por las paredes y la
obra gráfica en vitrinas realizadas para la ocasión. El extraño escenario de una
fábrica y la novedad de las obras expuestas contribuyeron a que la muestra
alcanzara escaso eco. Pese a ello, Kirchner y sus compañeros consiguieron
exponer al poco tiempo en locales convencionales de Dresde: en 1907 en la Sala
de Arte Richter, y tres años después en la prestigiosa Galería
Arnold.
Desde 1907, Kirchner, como el resto de los miembros del Puente, amplía su horizonte más allá de Dresde y comienza a viajar en los meses de verano a la zona lacustre de Moritzburg. Allí, conviviendo con sus modelos y en contacto directo con la Naturaleza, pinta fundamentalmente escenas de desnudos en los que se aprecia un nuevo estilo, más agresivo en formas y cromatismo, que está ya muy lejos de la influencia del Jugendstil. Pero el cambio más importante se produce a raíz de su establecimiento en Berlín, ciudad en la que paulatinamente fueron fijando su residencia los artistas del Puente desde que Pechstein lo hiciera en 1908. Kirchner se instala definitivamente en la ciudad en 1911 y ese mismo año funda en compañía de Schmidt-Rottluff el instituto MUIM, una academia de arte que, entre otras actividades, ofrecía cursos de pintura, grabado y escultura y que hubo de cerrar al poco tiempo de su apertura por falta de alumnos.
En Berlín, la proyección de los artistas del Puente aumenta; en 1912, tras participar en la segunda exposición de El Jinete Azul -el otro gran grupo expresionista alemán, en el que, entre otros, militaban Wassily Kandinsky y Franz Mara-, consiguen realizar su primera gran muestra en la Galería Gurlitt de Berlín. En esta época, Kirchner se separa de Dodo, su compañera durante varios años, y se une a Ema Shilling, con quien compartirá el resto de su vida. Entre tanto, su obra delata la fascinación por la vida trepidante de la gran ciudad. En Berlín, el estilo colectivo de Dresde se disuelve y cada uno de los miembros del Puente adopta un lenguaje personal. Se trata de un alejamiento que trasciende del ámbito estrictamente artístico y que acaba por resolverse con la escisión definitiva del grupo en 1913, con motivo de la publicación por parte de Kirchner de la Crónica del grupo de artistas Puente, una suerte de síntesis de la evolución histórica del grupo, en cuyos términos discreparon el resto de sus compañeros.
Desde 1907, Kirchner, como el resto de los miembros del Puente, amplía su horizonte más allá de Dresde y comienza a viajar en los meses de verano a la zona lacustre de Moritzburg. Allí, conviviendo con sus modelos y en contacto directo con la Naturaleza, pinta fundamentalmente escenas de desnudos en los que se aprecia un nuevo estilo, más agresivo en formas y cromatismo, que está ya muy lejos de la influencia del Jugendstil. Pero el cambio más importante se produce a raíz de su establecimiento en Berlín, ciudad en la que paulatinamente fueron fijando su residencia los artistas del Puente desde que Pechstein lo hiciera en 1908. Kirchner se instala definitivamente en la ciudad en 1911 y ese mismo año funda en compañía de Schmidt-Rottluff el instituto MUIM, una academia de arte que, entre otras actividades, ofrecía cursos de pintura, grabado y escultura y que hubo de cerrar al poco tiempo de su apertura por falta de alumnos.
En Berlín, la proyección de los artistas del Puente aumenta; en 1912, tras participar en la segunda exposición de El Jinete Azul -el otro gran grupo expresionista alemán, en el que, entre otros, militaban Wassily Kandinsky y Franz Mara-, consiguen realizar su primera gran muestra en la Galería Gurlitt de Berlín. En esta época, Kirchner se separa de Dodo, su compañera durante varios años, y se une a Ema Shilling, con quien compartirá el resto de su vida. Entre tanto, su obra delata la fascinación por la vida trepidante de la gran ciudad. En Berlín, el estilo colectivo de Dresde se disuelve y cada uno de los miembros del Puente adopta un lenguaje personal. Se trata de un alejamiento que trasciende del ámbito estrictamente artístico y que acaba por resolverse con la escisión definitiva del grupo en 1913, con motivo de la publicación por parte de Kirchner de la Crónica del grupo de artistas Puente, una suerte de síntesis de la evolución histórica del grupo, en cuyos términos discreparon el resto de sus compañeros.
La guerra interrumpe bruscamente la actividad de
Kirchner; incorporado a filas, resiste poco tiempo la peculiar lógica de la vida
militar y la barbarie de la guerra. En 1915, sumido en una profunda postración
física y mental, es internado en varios sanatorios de los que no será dado de
alta hasta 1918. En ese año -el mismo en que tiene lugar en Zurich una
importante retrospectiva de su obra- se instala en un retirado pueblo alpino en
la región suiza de Davos e inicia una nueva etapa en la que, en oposición a la
crispada vida de la ciudad que tanto le atrajera, su obra se abre a la calma de
los paisajes y las gentes de la montaña. En la década siguiente, Kirchner, que
ha recuperado la salud casi por completo, asiste al reconocimiento de su
trabajo; una fama que el propio artista trata de impulsar mediante una serie de
artículos sobre su obra que firma bajo el nombre de un inventado médico francés
llamado Louis de Marsalle. Pese a que las exposiciones de sus pinturas y
esculturas se suceden, su mala salud y el sombrío panorama que se cierne sobre
Europa le sumen en la depresión. En 1937, el régimen nazi confisca 639 de sus
obras y 32 de ellas se incluyen en la famosa exposición de " Arte Degenerado" de
Munich; al poco tiempo, el 15 de junio del año siguiente, el pintor se suicida
en su refugio suizo de Frauenkirch.
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