Marina Abramovic es una artista de performance que investiga y explora los límites de lo psíquico y mental. En sus performance se ha lacerado a sí misma, se ha flagelado, ha congelado su cuerpo en bloques de hielo, tomando drogas para controlar sus músculos, con las cuales ha quedado muchas veces inconsciente, y hasta en una ocasión casi morir de asfixia recostada dentro de una cortina de oxígeno y llamas.
Sin embargo, los objetivos Abramovic poco tienen que ver con el sensacionalismo. Sus performances resultan una serie de experimentos que pretenden identificar y definir los límites en el control sobre su cuerpo; la relación entre el público con la performer; del arte y, por extensión, de los códigos que gobiernan la sociedad. Su ambicioso y profundo proyecto se encamina a descubrir un método, a través del arte, que haga a la gente más libre.
Muchas de las performances de Abramovic en estos 30 años han sido brutales y desconcertantes. Algunas de ellas concluyen sólo cuando alguien del público interviene. Buscando el límite en el cual el público comprueba su resistencia a atestiguar el dolor y el sufrimiento, Abramovic crea un punto de ruptura, marcando radicalmente las sensaciones del presente del espectador. Ella ha dicho: "Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora".
Nacida en Belgrado en 1946, hija de guerrilleros yugoslavos, sus primeras performances fueron una forma de rebelarse contra su estricta educación y la cultura represiva del gobierno de posguerra de Tito. Como todo su trabajo, eran purificaciones rituales encaminadas a liberarla de su pasado. En 1975 Abramovic conoce a Ulay, un artista con quien tiene en común sus preocupaciones artísticas. En las siguientes dos décadas viven y colaboran juntos, realizan performances y viajan alrededor del mundo. Sus performances exploran los parámetros del poder y la dependencia dentro de la relación triangular entre ambos y los espectadores.
En 1977 realizaron una performance titulada Breathing in/Breathing Out, en donde unieron sus bocas con fuerza y pegaron micrófonos a sus gargantas, respirando el oxígeno de los pulmones del otro, hasta que al final -al límite con la asfixia- sólo intercambiaban dióxido de carbono. En otra, Rest Energy (1980), sostenían un arco tirante cargado con una flecha y apuntando al corazón de Abramovic, con sólo la fuerza de sus cuerpos manteniendo la tensión. Micrófonos grabaron la rápida aceleración del pulso de ambos.
Entre 1981 y 1987 Abramovic y Ulay hicieron una serie de performances acerca del mundo titulada "Nightsea Crossing", en la cual se instalaron como tableaux vivants en museos. En el último trabajo en conjunto, "The Great Wall Walk" (1988), caminaron 2.000 km a lo largo de la Gran Muralla China, comenzando cada uno en los extremos opuestos, encontrándose en el medio.
Abramovic se ha descrito a si misma como la "Abuela del Arte de la Performance". De aquella generación de artistas de los 70 quienes eligieron la performance como modo de expresión, Amabramovic es quizás la más activa actualmente. En 1997 mostró una video instalación y preformance, Balkan Baroque, en la Bienal de Venecia, y recibió el premio León de Oro a la mejor artista.
Sin embargo, los objetivos Abramovic poco tienen que ver con el sensacionalismo. Sus performances resultan una serie de experimentos que pretenden identificar y definir los límites en el control sobre su cuerpo; la relación entre el público con la performer; del arte y, por extensión, de los códigos que gobiernan la sociedad. Su ambicioso y profundo proyecto se encamina a descubrir un método, a través del arte, que haga a la gente más libre.
Muchas de las performances de Abramovic en estos 30 años han sido brutales y desconcertantes. Algunas de ellas concluyen sólo cuando alguien del público interviene. Buscando el límite en el cual el público comprueba su resistencia a atestiguar el dolor y el sufrimiento, Abramovic crea un punto de ruptura, marcando radicalmente las sensaciones del presente del espectador. Ella ha dicho: "Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora".
Nacida en Belgrado en 1946, hija de guerrilleros yugoslavos, sus primeras performances fueron una forma de rebelarse contra su estricta educación y la cultura represiva del gobierno de posguerra de Tito. Como todo su trabajo, eran purificaciones rituales encaminadas a liberarla de su pasado. En 1975 Abramovic conoce a Ulay, un artista con quien tiene en común sus preocupaciones artísticas. En las siguientes dos décadas viven y colaboran juntos, realizan performances y viajan alrededor del mundo. Sus performances exploran los parámetros del poder y la dependencia dentro de la relación triangular entre ambos y los espectadores.
En 1977 realizaron una performance titulada Breathing in/Breathing Out, en donde unieron sus bocas con fuerza y pegaron micrófonos a sus gargantas, respirando el oxígeno de los pulmones del otro, hasta que al final -al límite con la asfixia- sólo intercambiaban dióxido de carbono. En otra, Rest Energy (1980), sostenían un arco tirante cargado con una flecha y apuntando al corazón de Abramovic, con sólo la fuerza de sus cuerpos manteniendo la tensión. Micrófonos grabaron la rápida aceleración del pulso de ambos.
Entre 1981 y 1987 Abramovic y Ulay hicieron una serie de performances acerca del mundo titulada "Nightsea Crossing", en la cual se instalaron como tableaux vivants en museos. En el último trabajo en conjunto, "The Great Wall Walk" (1988), caminaron 2.000 km a lo largo de la Gran Muralla China, comenzando cada uno en los extremos opuestos, encontrándose en el medio.
Abramovic se ha descrito a si misma como la "Abuela del Arte de la Performance". De aquella generación de artistas de los 70 quienes eligieron la performance como modo de expresión, Amabramovic es quizás la más activa actualmente. En 1997 mostró una video instalación y preformance, Balkan Baroque, en la Bienal de Venecia, y recibió el premio León de Oro a la mejor artista.