Xul Solar, el visionario de la pintura argentina
por Eduardo Pogoriles
por Eduardo Pogoriles
"Soy pintor, escritor, cabalista, astrólogo y liberal. Recreador y no inventor, campeón mundial de pan-ajedrez y de otros juegos serios que casi nadie juega, exégeta de doce religiones y filosofías que casi nadie escucha", decía de sí mismo Xul Solar en 1957, cuando mostró sus pinturas en la Galería Rubbers junto a Norah Borges y Battle Planas. Vivía haciendo cartas natales y horóscopos, "desde la época en que Lugones, Mastronardi, Arlt y muchos otros se interesaron por las ciencias ocultas. No se agotó en la pintura, era un místico con discípulos, entre ellos Borges, le enseñó mucho de Cábala y Budismo", cuenta Alvaro Abós, quien escribe una biografía de Xul."La muerte es la puerta de la vida y viceversa", aseguraba Xul Solar, quien murió a los 75 años en su casa-taller sobre el río Luján, en el Tigre. Era el 9 de abril de 1963 y desde entonces sus pinturas, que él regalaba a sus amigos, interesaron cada vez más. Muy valorado en Europa desde la década de 1970, sus acuarelas "cuestan hoy entre 50.000 y 180.000 dólares", admite el galerista Natalio Povarché, directivo de la Fundación Pan Klub que administra el legado del artista. Xul inspiró a Macedonio Fernández en sus "Papeles de recienvenido" y Marechal lo retrató como el astrólogo Schultze en Adán Buenosayres.Su verdadero nombre era Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari; nació en el pueblo bonaerense de San Fernando en 1887. Su padre era un ingeniero europeo que canalizó el Delta y luego trabajó en la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras. "Los Schulz Solari eran un matrimonio de clase media con un hijo único y superdotado, al que decidieron apoyar", cuenta Abós.Después de dominar seis idiomas y pasar por el Nacional de Buenos Aires, el 5 de abril de 1912 se embarcó como peón de a bordo en el buque inglés "England Carrier" y se bajó en Londres. Se quedaría en Europa hasta 1924, pintando y enterándose de lo que hacían Klee, Kandinsky, Picasso, André Breton y otros grandes vanguardistas europeos.En Italia decidió firmar sus cuadros como Xul Solar, por consejo de su amigo Emilio Pettoruti. Tenía 37 años cuando volvió a Buenos Aires y se encontró con los jóvenes inspiradores de la revista Martín Fierro, entre ellos Jorge Luis Borges. Además de exponer sus pinturas en Milán y París, había conocido a Alastair Crowley, un famoso ocultista. Desde 1929 Xul Solar fue maestro de la Logia Keppler, una de las seis de la Orden Rosa Cruz."Borges y Xul Solar tenían muchos intereses comunes, desde el amor por la literatura inglesa y las traducciones hasta el misticismo. La inmensa biblioteca de Xul con 3.346 volúmenes, tiene aún 80 libros relacionados con Borges", dice Patricia Artundo, curadora de los manuscritos del artista en el porteño Museo Xul Solar.Moviéndose entre su casa de la calle Laprida —actual sede del museo— y sus cursos de ocultismo, Xul Solar "prefería escaparle al ambiente de las artes plásticas y a veces regalaba sus obras a grandes amigos, como Borges, Girondo o Marechal. En 1954 abrió su taller en el Tigre, donde pasaba largas temporadas", cuenta Abós. Y agrega: "El era un bohemio; su cable a tierra era su esposa, Micaela Cadenas, empleada en la Presidencia de la Nación. Se casaron en 1946 y no tuvieron hijos, pero ella vio la necesidad de conservar el arte de Xul".
No hay comentarios:
Publicar un comentario