A comienzos de la década del 60 en Grecia comenzó la nueva campaña de los socialistas hacia el parlamento. La campaña la inició Gregoris Lambrakis, el líder de la oposición izquierdista en Grecia. Un hombre destinado a ser el reformador del Estado. Tenía todo a su favor para salir reelegido diputado y eso la derecha fascista griega no lo podía permitir.
El 22 de mayo de 1963, al salir de un mitin político, en Salónica, a favor de la paz, Lambrakis fue arrollado por un motocarro de tres ruedas perteneciente a las fuerzas de choque de la extrema derecha griega, no contentos con ello le golpearon luego la cabeza con un palo, mientras los policías silbaban al cielo mirando para otro lado. Cinco días después Lambrakis murió a causa de la conmoción cerebral causada por los golpes.
Una investigación posterior demostró la participación del ejercito, y por consiguiente del estado, en este crimen, pero los jueces solo condenaron a segundones y de forma benigna. A su sepelio, más de medio millón de personas acompañaron el féretro y comenzó a multiplicarse por las muros de Atenas, Salónica y de las principales ciudades del país un graffiti que sólo mostraba la letra Z, en referencia a la palabra “Zei”, que en griego clásico significa “Vive”.
La larga inestabilidad política que generó este hecho, culminó en el golpe de estado en 1967 (la más negra noche de la historia europea después de Hitler) encabezado por una junta de coroneles que lo prohibió todo: al PC, al PS, al marxismo, los movimientos pacifistas, la huelga y los sindicatos, entre otras cosasMiembro destacado de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, Lambrakis era conocido en su país como médico y como atleta, pero sobre todo como un comprometido militante pacifista.
Apenas un mes antes de su muerte había organizado en Atenas una maratón por la paz que fue prohibido por la policía arrestando a la mayoría de los participantes, entre ellos el compositor comunista Mikis Theodorakis. Protegido por su inmunidad parlamentaria, Lambrakis siguió solo la marcha, hasta que también fue arrestado al llegar a la meta.En 1969, Costa-Gavras dirigió una película sobre estos hechos, en base a una novela de Vassilis Vassilikos. La película se llamó Z y fue una de las películas más famosas de la historia del cine político y en Grecia fue determinante para la caída del gobierno títere de los militares. La película se basó en las últimas horas de Lambrakis y en el complejo proceso judicial que siguió a su asesinato, recalcando que “cualquier parecido con hechos reales y personas vivas o muertas no es accidental, es intencionado”.
Al finalizar la película no se mostraba el reparto ni el equipo de rodaje, solo se leía una larga lista de prohibiciones establecida por la Junta de coroneles, entre ellas, además de las arriba nombradas: el pelo largo en los hombres, la libertad de prensa, Los Beatles, la música moderna y popular, Sófocles, León Tolstoi, Esquilo, escribir que Sócrates era homosexual, Eugène Ionesco, Jean-Paul Sartre, Antón Chéjov, Mark Twain, Samuel Beckett, la sociología y las enciclopedias.
Finalmente, prohibía la letra Z, que apareció garabateada, aparte de las calles de Atenas, en la última imagen de la película, como un recordatorio simbólico de que “el espíritu de la resistencia vive”.
El 22 de mayo de 1963, al salir de un mitin político, en Salónica, a favor de la paz, Lambrakis fue arrollado por un motocarro de tres ruedas perteneciente a las fuerzas de choque de la extrema derecha griega, no contentos con ello le golpearon luego la cabeza con un palo, mientras los policías silbaban al cielo mirando para otro lado. Cinco días después Lambrakis murió a causa de la conmoción cerebral causada por los golpes.
Una investigación posterior demostró la participación del ejercito, y por consiguiente del estado, en este crimen, pero los jueces solo condenaron a segundones y de forma benigna. A su sepelio, más de medio millón de personas acompañaron el féretro y comenzó a multiplicarse por las muros de Atenas, Salónica y de las principales ciudades del país un graffiti que sólo mostraba la letra Z, en referencia a la palabra “Zei”, que en griego clásico significa “Vive”.
La larga inestabilidad política que generó este hecho, culminó en el golpe de estado en 1967 (la más negra noche de la historia europea después de Hitler) encabezado por una junta de coroneles que lo prohibió todo: al PC, al PS, al marxismo, los movimientos pacifistas, la huelga y los sindicatos, entre otras cosasMiembro destacado de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, Lambrakis era conocido en su país como médico y como atleta, pero sobre todo como un comprometido militante pacifista.
Apenas un mes antes de su muerte había organizado en Atenas una maratón por la paz que fue prohibido por la policía arrestando a la mayoría de los participantes, entre ellos el compositor comunista Mikis Theodorakis. Protegido por su inmunidad parlamentaria, Lambrakis siguió solo la marcha, hasta que también fue arrestado al llegar a la meta.En 1969, Costa-Gavras dirigió una película sobre estos hechos, en base a una novela de Vassilis Vassilikos. La película se llamó Z y fue una de las películas más famosas de la historia del cine político y en Grecia fue determinante para la caída del gobierno títere de los militares. La película se basó en las últimas horas de Lambrakis y en el complejo proceso judicial que siguió a su asesinato, recalcando que “cualquier parecido con hechos reales y personas vivas o muertas no es accidental, es intencionado”.
Al finalizar la película no se mostraba el reparto ni el equipo de rodaje, solo se leía una larga lista de prohibiciones establecida por la Junta de coroneles, entre ellas, además de las arriba nombradas: el pelo largo en los hombres, la libertad de prensa, Los Beatles, la música moderna y popular, Sófocles, León Tolstoi, Esquilo, escribir que Sócrates era homosexual, Eugène Ionesco, Jean-Paul Sartre, Antón Chéjov, Mark Twain, Samuel Beckett, la sociología y las enciclopedias.
Finalmente, prohibía la letra Z, que apareció garabateada, aparte de las calles de Atenas, en la última imagen de la película, como un recordatorio simbólico de que “el espíritu de la resistencia vive”.