Es la primera vez que Alcatraz, la que fuera una de las prisiones de alta seguridad más legendarias de la historia entre 1934 y 1963, conocida por sus brutales condiciones de encarcelamiento, acogerá una exposición artística. Y no sobre un tema cualquiera, sino sobre un asunto del que sus muros aún guardan memoria: la privación de la libertad como un modo de castigo.
El autor es el famoso artista y disidente chino, Ai Weiwei, de renombre internacional, no solo por su obra, sino también por su activismo pro derechos humanos y en contra de los abusos de poder del Gobierno de su país, lo que le ha llevado en varias ocasiones a ser detenido y encarcelado.
En 2011 fue arrestado durante 81 días, acusado de evadir impuestos, tras haber señalado con el dedo al Gobierno chino como responsable de la tragedia que causó la muerte de miles de escolares en las aulas durante el terremoto de 2008 en Sichuan. Las autoridades le condenaron a pagar 1,7 millones de euros y sus seguidores se solidarizaron con él en una campaña en contra de la represión.
El artista conoce por experiencia propia lo que significa estar encarcelado y perder la libertad por precisamente luchar por ella, algo que le ha sucedido a él y a muchos de sus amigos que, según ha denunciado, “permanecen hoy en día encarcelados en China”.
“La equivocación de los totalitarismos es que la libertad puede ser encarcelada, pero no es así. Cuando es restringida toma el vuelo y aterriza en el alfeizar de una ventana”, expresa poéticamente Ai, quien desde siempre ha apostado por el arte como un acto de resistencia.
El tema de la libertad en todas sus facetas forma parte de la conciencia personal y artística de Weiwei, que, paradójicamente, lo más seguro es que no pueda asistir a la apertura en septiembre de su exposición en Alcatraz, ya que las autoridades chinas le han retirado su pasaporte y no le es posible viajar.
“El artista nunca ha visitado Alcatraz, pero desde el primer momento que le llegó a sus manos la propuesta le interesó la historia de la que fuera prisión militar y luego federal”, comenta el galerista de San Francisco , Cheryl Haines, quien está colaborando en el proyecto, auspiciado por el Nacional Park Service y Golden Gate Nacional Park Conservancy.
“Aunque es muy pronto para avanzar en que va a consistir la muestra, las líneas maestras van a girar en torno a la libertad de expresión, uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, y como determinados gobiernos imponen su restricción para controlar a la gente”, comenta. El artista está creando en su estudio de Beijing esculturas, sonidos y trabajos multimedia para incorporarlos al espacio de Alcatraz, que por primera vez abrirá espacios restringidos hasta ahora al público.
Haines, a través de la fundación sin ánimo de lucro For-Site que el mismo creó para lanzar proyectos de arte público en la zona de la Bahía, está promoviendo una campaña para obtener fondos para financiar la exposición que se podrá ver sin coste adicional alguno, por los 30$, incluido el barco, que cuesta visitar la isla de Alcatraz, donde se alza el edificio del antiguo penal. Un lugar muy popular en la bahía de San Francisco que anualmente recibe 1,5 millones de visitantes.
Las fechas previstas de la muestra “Ai Weiwei on Alcatraz” son del 27 de septiembre al 26 de abril del 2015. Los organizadores esperan que de aquí a entonces el artista pueda recuperar su derecho de moverse libremente por el mundo y viajar hasta San Francisco.